La vida de X

Narrativa. Novela sobre un ciudadano asocial.

martes, agosto 08, 2006

Capítulo 19: El Suicidio.

" No puedo más ", piensa x, taciturno, desesperado. " No puedo ni podré soportar el mediocre discurrir del tiempo. Ha llegado el momento de la cicuta ". Mientras se justifica a sí mismo lo que va a acontecer en minuto, lee con detenimiento un pasaje de Nieztsche: " Todo lo grande se aparta del mercado y de la fama: apartados de ellos han vivido desde siempre los inventores de nuevos valores " .
Sobre la mesa, el paquete cilíndrico que contiene las pastillas, que combinadas con los cinco gramos de cocaína, pararán su corazón. Una nota escrita con letra legible, indicando como deben quemar a X y no adjudicarle ningún símbolo cristiano . A penas una despedida de los más allegados, que son dos: Fernando, y la ex-novia.
" A causa de esas gentes súbitas, vuelve a tu seguridad: sólo en el mercado le asaltan a uno con un ¿sí o no? ". El pasaje es suficientemente elocuente. Dios a muerto, y un pequeño dios ha de morir ahora.
X está limpio en su despedida. Antes de matarse, ha limpiado y exfoliado su piel, para que quien le encuentre no se asuste de su anterior estado de abandono. Prepara la sustancia, picándola con meticulosidad sobre un cd gastado. Ingiere diez pastillas de tranquilizantes, pasando a esnifar compulsivamente los cinco gramos, lo que le lleva al menos media hora. Parte de la sustancia queda en la mesa, porque no puede pasar por la hemorragia de su nariz. Ingiere otras diez pastillas de tranquilizantes. El brío es indescriptible, el corazón es un tambor batiente. Se tiende en la cama. En media hora está sudando e hiperventilando. Los tranquilizantes hacen su efecto, creando una sensación maravillosa de exceso desmedido. Dionisos llega al templo de X. X sigue hiperventilando, en la espiral del brío de la cocaína. En dos horas está semiinconsciente, tendido en la cama, desnudo, recubierto en sudor. Su corazón está a punto de estallar.
Al fin, su corazón estalla. La muerte ha llegado al templo de un desgraciado. Y su historia no es más romántica que la de cualquiera.