La vida de X

Narrativa. Novela sobre un ciudadano asocial.

lunes, mayo 15, 2006

Capítulo 1: El despertar de X.

X despierta confuso y cabreado, envuelto en una maraña de sábanas. Fumó demasiada marihuana la mañana anterior para poder sentirse saludable. Su mente sólo demanda café. En su agujero alquilado, pilas de libros y discos destartalados se hayan cubiertos de papeles con planes no resueltos, presupuestos imposibles, y restos de tabaco. Parece mentira que tanta basura, y tanta cultura quepan en treinta metros cuadrados.

Son las ocho de la tarde. El café empieza a despertar su turbadada conciencia mientras contempla, a pesar de sus párpados, el desastre en que vive. Un desastre elegido, o no. Mientras se debate es si es un miserable, cae en la cuenta de que debe retirar la cafetera antes de que salga volando.

Su cuerpo entumecido no llega al metro ochenta. Pesa más de lo debido, como demanda una sociedad que aún no ha olvidado la posguerra. El ruido en la calle Fuencarral empieza a colarse por sus tristes oidos. La cafeína nutre su torrente sanguíneo, al tiempo que repara en que debe volver a la garita, a su empleo nocturno. O debieramos decir, desempleo nocturno.

Comienza a pelear con su pelo negro, encrespado, mientras el agua caliente corre en la bañera. Se da cuenta de que no le queda suficiente somnífero, aunque la siguiente compra está fuera de presupuesto, a riesgo de comer pasta y arroz durante quince días. X es un adicto. X se siente desgraciado. Sin embargo, X haya también placer sintiéndose desgraciado. "Quizás el hábito de sentirse mal deviene en sentirse bien", piensa, consternado. X es un filósofo con sobrepeso.

Escoge una indumentaria anodina, vaqueros, camiseta, zapatillas. No le gusta sentirse observado. Cuando termina la ablución, se detiene un minuto a contemplarse al espejo. No le gusta lo que ve. No se gusta a sí mismo.

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